Para entender la diferencia entre inversiones pasivas y activas, primero debemos definir qué es una inversión. Según Gitman y Joehnk en el libro Fundamentos de Inversiones (10.ª ed.), una inversión es: “Cualquier instrumento en el que se depositan fondos con la expectativa que genere ingresos positivos y/o conserve o aumente su valor” (2013, p.3). En términos simples, una inversión es comprar algo hoy con la esperanza de obtener beneficios en el futuro. Algunos ejemplos comunes de inversión son los siguientes: acciones en la bolsa de valores, propiedades inmobiliarias y certificados de depósito a largo plazo. Cada tipo de inversión tiene sus propias características, riesgos y potenciales beneficios.
Cuando hablamos de la bolsa de valores, es importante distinguir entre dos tipos principales de estrategias: inversiones activas e inversiones pasivas. La diferencia clave entre ambas radica en el “tiempo” y esfuerzo que se invierte en cada una.
- Las inversiones activas buscan obtener rendimientos superiores al mercado general. Por ejemplo, un inversor activo no se limita a seguir un índice como el S&P500, sino que elige acciones específicas basándose en su análisis y expectativas. Esta estrategia se usa comúnmente para comprar acciones que se cree que aumentarán de valor en el futuro, requiriendo una gestión constante y toma de decisiones frecuentes.
- Por otro lado, las inversiones pasivas buscan replicar el rendimiento de índices del mercado como el S&P500 o el Dow Jones. Un ejemplo típico sería invertir en un fondo indexado que sigue al S&P500. Este enfoque requiere menos tiempo y recursos, ya que la inversión simplemente sigue el movimiento general del mercado sin intentar superarlo.
Otros ejemplos de inversiones pasivas pueden ser los CDPs o certificados de depositos a plazo, estos requiren de capital y se dejan en la entidad financiera de elección generando intereses simples o compuestos. Es pasivo al 100% ya que requiere cero esfuerzo por parte del inversionista. Por otro lado, tener acciones en una empresa y ser parte de la fuerza de trabajo de la empresa, es una inversión 100% activa ya que los resultados dependen en gran manera del gasto de tiempo o esfuerzo.
¿Cuál es mejor? Pues es difícil de contestar ya que varia dependiendo del perfil de cada inversionista. Existen inversionistas con bastante aceptación al riesgo y, por ende, las inversiones activas podría generar mayores rendimientos en el corto plazo pero a su vez podrían generar perdidas. Mientras que un perfil de inversionista que quiere minimizar el riesgo prefiere las inversiones pasivas, ya que estás, al estar ligadas al comportamiento del mercado, podrían generar un rendimiento en el largo plazo. Depende mucho de la situación personal, el momento de la vida (cuánto puedo arriesgar o no), entre otros factores.
Invertir en la bolsa es como cultivar un jardín: puedes ser un jardinero activo que constantemente planta, poda y cuida cada planta individualmente (inversión activa), o puedes instalar un sistema de riego automático y dejar que la naturaleza haga su trabajo (inversión pasiva). Ambos métodos pueden dar frutos, pero requieren diferentes niveles de tiempo, esfuerzo y tolerancia al riesgo.