El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es una herramienta que nos dice cuánto han subido (o bajado) los precios de las cosas que compramos todos los días: comida, ropa, transporte, vivienda, y mucho más.
Una forma sencilla de comprender más acerca del IPC es imaginar que tenemos la misma lista del supermercado mes a mes. Si notamos que estamos pagando más por lo mismo quiere decir que los precios están aumentando. El IPC hace algo parecido, pero de manera profesional y organizada: mide el cambio en los precios de una “canasta” de productos y servicios que usamos todos los ciudadanos.
¿Para qué sirve el IPC?
- Medir la inflación: Cuando el IPC sube, significa que los precios, en general, están subiendo. Eso es inflación.
- Ajustar salarios y pensiones: Muchos contratos de trabajo y pagos de jubilación se actualizan tomando en cuenta el IPC, para que el dinero no pierda su poder de compra.
- Tomar decisiones económicas: Gobiernos, bancos centrales y empresas usan el IPC para decidir políticas, tasas de interés o inversiones.
¿Cómo nos afecta en el día a día?
Si el IPC sube mucho, tu dinero alcanza para menos cosas. Por eso es tan importante cuidar el presupuesto familiar, buscar mejores precios, y considerar inversiones que protejan tus ahorros contra la inflación.